lunes, 2 de febrero de 2015

EN NO TAN BUENA FORMA

Hoy, después de unos cuantos meses, he vuelto a salir a correr (o a hacer running, como dicen ahora) y sí, lo reconozco, yo antes era capaz de correr los 10 kilómetros sin entrenar en 50 ó 55 minutos, pero hoy solo he aguantado 4 en 21.
   En fin, solo toca volver a recuperar esa marca, siempre y cuando, y no es excusa, la rodilla, ay, la maldita rodilla me lo permita y no me haga tener ese incómodo cosquilleo desde el gemelo al pie. El médico dice que no tengo “ná”, pero bueno, habrá que volver a suplicar una revisión en condiciones.
   Cierto es que llevo unos cuantos días “bicicleando” y con sensaciones muy buenas sin molestias en la dichosa rodilla ni nada de eso, pero claro, correr requiere quizá más esfuerzo, y más impactos y carga directa contra la rodilla, pero hay algo común en las dos actividades que me encanta. 


   Por donde llegaron los olivos y las viñas, por donde vinieron los naranjos y la pasta, por donde navegaron y naufragaron miles de barcos, por donde vivieron y surcaron piratas, por donde Odiseo firmó su viaje. El Mediterráneo. Eso es lo común en las dos cosas. Correr o “biciclear” al borde del Mediterráneo, girar la cabeza y perder la mirada más allá de los barcos, de las nubes, de la última luz del sol. Respirar el yodo, oler la sal, y si afinas el olfato, los días de mar un poco revuelto, eres capaz de oler los cangrejos entre las rocas y las algas que se arremolinan en los pantalanes, en las rocas y en los bucles de las olas en las orillas. Y oír el mar romper o los susurros del agua en calma. La espuma apagándose. Y todo es mejor, si es con Ella.
   Pero aquí estoy, aún con las mallas y las zapatillas de correr y recordando aquel otro (de tantos) blog que empecé a escribir cuando quise prepararme para la media maratón y que la rodilla, otra vez más, no quiso que completara. Estos días planteé la opción de participar en un duatlón “sprint”, pero… bueno, ahí se queda, en un pero, de momento, seguir disfrutando de bordear el Mediterráneo.

(Por cierto, el Exile on Main St. De los Rolling encaja muy bien con el Mediterráneo.
Y ahora, mientras escribo y me relajo, suena Suply and demand, de Amos Lee)


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